INFRACCIONES EN AUMENTO
Inconsciente colectivo
(Por Cecilia Arean) Rosario es cuna de la bandera. Es un oasis a orillas del Paraná. Rosario es una escenografía disfrutable en días primaverales. Pero sus protagonistas, no. Y sólo acentúan la paradoja. En 2010 se labraron 400 mil actas de infracciones, y en lo que va de 2011 esa cifra creció un 20 por ciento. La mayoría son por mal estacionamiento y por hacerlo fuera del área permitida. Además están las que no se cumplen por ser faltas menores. En materia de tránsito fallan algunos controles y, por parte de los ciudadanos, hay individualismo y poca consciencia colectiva.
En la zona comprendida entre Oroño, Pellegrini y el río circulan diariamente 900 mil vehículos de todo tipo. En el mismo perímetro falta infraestructura, seguridad vial y control. También educación en los conductores, policías, ciclistas, peatones y funcionarios.
Cumplir las normas es el deber de todos los individuos que conviven en sociedad. El advenimiento de la modernidad trajo cambios, nuevos obstáculos, nuevas necesidades y repetidos esfuerzos para adaptarse a ello. Analizar y observar las conductas sociales permite establecer el papel desempeñado por la cultura y la educación. En 2010 se labraron 400 mil actas por infracciones de tránsito, en lo que va de 2011 esa cifra se incrementó un 20 por ciento. Diariamente el Tribunal de Faltas realiza entre 2500 y 3000 citaciones. La directora del Tribunal, Stella Splendiani estableció: “Las causas del incremento de las faltas son varias, el aumento del parque automotor se ve a diario en las calles rosarinas, es complicado. Es una cuestión de conducta, es una cuestión de educación. Es una tarea que va a llevar su tiempo”, dijo, y continuó: “Es respeto no sólo a la norma en sí, sino al otro. Cuidarse uno y cuidar al otro. Esa desaprensión a la hora de conducir siempre lo relacioné con una actitud egoísta”.
Así como las normas y prohibiciones no se cumplen, hay otras que especifica el Código de Tránsito que desconocen. Con respecto a esto Splendiani sostuvo que son de estacionamiento las que se llevan los laureles. Por estacionar en paradas de transporte público, en radio prohibido, porque no tienen el ticket del estacionamiento medido, o por hacerlo en doble fila. En relación a las infracciones menores y difíciles de controlar, Mónica Gangemi, miembro de la Asociación Compromiso Vial por Úrsula y Camila, enfatizó: “Son las que se transgreden muchísimo, que nadie controla. Son muestras muy claras del individualismo. Porque ponerte el cinturón lo primero que hace es cuidar tu propia vida y lo segundo marca el cuidado de la de los otros. Si cuidás tu vida evidentemente estás mucho más atento en ese acto de conducir en la calle. Cuando vas a cruzarla y no lo hacés por la esquina la verdad es que estás atentando con vos mismo, pero también podés provocar un choque”.
Otra de las clásicas es la de no realizar el sobrepaso por la izquierda. Tampoco se cumplen las prioridades a peatones en las esquinas; cuando no hay semáforos, tienen paso los que circulan por la arteria de mayor jerarquía, los que cruzan desde la derecha y los que, en una pendiente, avanzan ascendentemente. El cinturón de seguridad reduce un 45 por ciento las muertes por accidente y retiene al individuo evitando que se golpee contra el parabrisas o salga despedido del coche, y todos los que estén transitando en un auto deben llevarlo puesto, aunque la gran mayoría no lo hace. “Hay faltas que son más fáciles de contactar. El cinturón se ha controlado, se han hecho campañas. Creo que medianamente el tema del cinturón ha tomado más fuerza que el del casco. En los conductores de motos, la sanción es complicada. Le retiran la moto y lo mandan a hacer talleres de conscientización previa a la devolución de la moto. Hay gente que los ha hecho hasta tres veces”, manifestó la funcionaria, y agregó que con el parque automotor “no puede haber un inspector por cada vehículo”.
No es sólo una cuestión de actitud
En la ordenanza 6543 se establece que el municipio y las organizaciones no gubernamentales (ONG) deben trabajar en conjunto para aplicar, promover y difundir políticas. “Sucede poco. Participamos como ONG en la comisión de Seguridad Vial municipal. Esa comisión tiene una participación plena. El espacio está asignado, se trabaja allí. El problema es que esa comisión tiene falencias: no asiste ningún miembro del Concejo. Nosotros como asociación hemos presentado un proyecto para que en la comisión de Derechos Humanos se establezca una subcomisión que signifique la revisión constante de las políticas de Estado en materia de seguridad vial. Eso aún los concejales no lo han tratado. Nosotros lo presentamos hace más de un mes y medio. Evidentemente el tema de la seguridad vial es muy inquietante y se va postergando”, sentenció Gamgemi.
“Un ciudadano medio no puede desconocer la norma. Hay un acceso fácil a la normativa. Creo que son cuestiones de una falta de preparación personal, de una conducta desinteresada y egoísta. Nos cuesta mucho reconocer las faltas. Los que lo reconocen son los menos. En el momento que lo sancionás lo valoran”, afirmó la ex jueza de Faltas. Los procesos sociales llevan tiempo, y tiene etapas. Pensar el progreso humano y cultural implica que la organización socio-política asuma responsabilidades, y una verdadera cooperación entre todos los miembros de la sociedad civil.