LAS PELOTAS EN ROSARIO
Buscando un cambio
(Por Martín Stoianovich) El frío rosarino del sábado por la noche no fue ninguna barrera. Como en cada oportunidad, la esquina de Suipacha y Güemes se fue poblando desde temprano. El folklore del rock se situaba allí, donde terminando el día, Las Pelotas actuaron una vez más. Esta vez, realizaron los temas que integran el nuevo CD+DVD, titulado Vivo, registrado durante las tres presentaciones de la banda en el Luna Park en 2010. Fue una presentación más tranquila que lo habitual, muy diferente a la de hace algunos años, cuando la fiesta era completa.
“¿Qué podés dar?” fue la apertura de un show que empezó y concluyó con la misma atmósfera. Un Germán Daffunchio tranquilo se hizo cargo de hacer estallar al público que colmó Willie Dixon bien desde temprano. Luego siguió una serie de grandes éxitos, interpretados con la calma que caracterizó al show pero con la gran calidad sonora que tanto la banda, como el lugar suelen ofrecer. Varios temas de los realizados pertenecen a Despierta, el último disco de estudio, que fue muy bien digerido por los seguidores, por lo que también fueron muy ovacionados. Como invitado, participó “Panchito” Chévez, un chico discapacitado sin extremidades, que tocó la armónica y emocionó a todos los presentes con una gran interpretación de “Shine”.
Sin el Bocha no es igual
La sobria actuación de Daffunchio dejó algo expectante al público, acostumbrado a la dinámica que hasta hace algunos años caracterizó los recitales de Las Pelotas. Como extrañándolo, o pidiéndolo, la gente le dedicaba sus cantos, entre tema y tema, a Alejandro Sokol. “El Bocha” murió en el 2009, y todavía su ausencia se nota, y parece ser que perdurará en el tiempo. Al espíritu del Rock, Sokol lo plasmaba en el escenario, acercándose a la gente que hoy lo extraña y lo hace sentir.
Daffunchio conserva su estilo, y eso no es criticable. Caracterizado por su tranquilidad, el actual y único líder parece estar sintiendo el paso de los años, aunque ni en sus tiempos de Sumo fue conocido por ser desequilibrante a la hora de ofrecer un show. Es indiscutible que desde lo musical, Las Pelotas conserva su talento y su profesionalismo, pero a diferencia de años anteriores, no es más una de esas pocas bandas que se prefieren escuchar en vivo, o mejor aún presenciar un show si es posible. Cuando las primeras notas de “Bombachitas rosas” sonaron, la gente estalló en un grato recuerdo a Sokol.
Se podría decir que esa actuación fue la única que se asemejó a los viejos tiempos de la banda en presentaciones en vivo. Porque, dejando de lado esta canción, Daffunchio se encargó de desarrollar un repertorio que evitara hacer sentir demasiado la ausencia del otro ex Sumo, pero hubo espacios en donde no lo logró. Será complicado para la banda ocupar ese lugar, quizás ellos lo sepan y lo que se vio el sábado pasado en el Willie Dixon, será de ahora en más el estilo de Las Pelotas.
Finalmente, el show terminó con un cambio rotundo, sorprendente y fascinante. Después de casi una hora y media de show, y luego de agradecer al público presente,“El ojo blindado” comenzó a sonar. Entre los efectos de humo y luz sobre el escenario, Las Pelotas se despidió como no se los había visto en toda la noche, al mejor estilo Sumo y Sokol.