EL RIESGO DE CAMBIAR LOS ROLES
Prevenir es mejor que curar
(Por Rosalía Werner) Cada vez más denuncias hablan de falta de profesionalidad en lo que se hace. En esta ocasión no será la excepción, ya que se pondrán de manifiesto dos posturas y formas de trabajo que tienen como principal campo de estudio el cuerpo humano: los kinesiólogos y los llamados masajistas. ¿Hasta qué punto pueden llegar con su profesión? ¿Cuál es su campo de análisis? ¿Cuáles son sus límites profesionales?
El kinesiólogo puede tratar toda una serie de pruebas que detectarán aquellos puntos problemáticos dentro del aparato muscular y esquelético. Tratando de medir y valorar las respuestas del músculo ante determinadas situaciones para luego pasar a la evaluación de un tratamiento adecuado al caso particular del paciente. La kinesiología es una práctica nueva, a diferencia de la medicina. “En las ciudades más grandes de Argentina, Buenos Aires, Córdoba y Rosario, la kinesiología es conocida a grandes rasgos. En Rosario hace aproximadamente 15 años se la practica, esto no se da en las provincias más pequeñas donde directamente la profesión no es distinguida”, comentó Lara Brunori, kinesióloga de Rosario.
Por su parte, un masajista experto actúa determinando la metodología de los masajes individualmente o para cada paciente en casos específicos. Se abordan técnicas suaves en tejidos superficiales, para luego avanzar sobre los tejidos profundos y con escasa duración, para luego ir aumentando la fuerza. Esta práctica surgió mucho antes que la kinesiología, se habla de los tiempos en que los dolores musculares se los calmaba con frotaciones en la zona afectada. Estas formas eran utilizadas por mucho tiempo con el objetivo de lograr un descanso en algún área del cuerpo que se encontrara conmovida por alguna dolencia. “Para poder recibirme de masajista tuve la posibilidad de realizar un curso de un año de duración, para luego comenzar a ejercer. En ese año de cursado vimos una parte de anatomía, todo lo relacionado a las posturas, pero la mayor parte fue de práctica”, detalló Débora Daosta, masajista de un centro de estética de Rosario.
El kinesiólogo no ocupa su lugar
Al ser una rama nueva, mucho no se sabe de esta práctica y de cuán importantes son los kinesiólogos a la hora de resolver problemas tales como lumbalgia, dolor crónico o agudo, torceduras u otro tipos de traumatismos. La kinesióloga Lara Brunori explicó por qué el lugar que debería ser ocupado por esta área es suplantado por otras: “El problema básicamente se da en que no se conocen las diferencias y no se sabe exactamente qué hace uno y qué hace otro, y muchas veces pasa que la persona cree que no tiene más que una tensión muscular y va en primer lugar a un masajista y resulta que el problema iba más allá y es ahí donde se termina complicando. Y como último recurso visitan a un kinesiólogo. En otras palabras, recuren a nosotros cuando el médico lo deriva, porque en sí no conocen y por iniciativa propia no van a venir a un kinesiólogo por un dolor de espalda, el médico los deriva y ahí comienza el paciente a interiorizarse sobre el trabajo de un kinesiólogo”. “En mi punto de vista no se conoce porque hay una importante falta de información sobre el tema, y desde nuestro lugar no estamos educando a los pacientes para que sepan cuándo ir y cómo actuar. Muchas veces los kinesiólogos necesitamos hacer más promoción de salud y salir un poco más a las calles, para que se conozca más y marcar la diferencia porque justamente ahí está el problema”.
“Nosotros tratamos todas las partes de masaje, algunas elongaciones, trabajamos mucho con el cuerpo”, comentó por su parte la masajista Daosta. Según un comunicado que se dio a conocer desde el colegio de kinesiólogos de Rosario, los masajistas tendrían que realizar sus tareas bajo la supervisión de un profesional. Sobre esto Daosta explicó: “Nosotros cuidamos esos detalles, atendemos a los pacientes que se acercan al centro de estética con molestias musculares y con los días evaluamos cómo continúa y si vemos que el cuadro se agrava derivamos el caso a un médico”.
El trabajo de los masajistas es acotado y, a la vez, poco se conoce de la labor del kinesiólogo. Además de la importante desinformación que hay del tema. La ley deja demostrado que todo centro de estética debe contar con un kinesiólogo a cargo y que los masajistas deben tener en cuenta sus límites, ya que pueden ocasionar problemas graves en la salud de la gente. Es importante llamar a las cosas por su nombre y entender que el kinesiólogo no hace masajes y que el masajista no practica kinesiología.