LA SALUD DE LOS CHICOS
Cómo abordar casos de
autismos infantiles
Se necesita un trabajo interdisciplinario para tratar el tema.
Asimismo, el acompañamiento familiar es de vital importancia
(Por Dana Leiva) Cuando se piensa en un niño, automáticamente se lo asocia al juego social, a las imitaciones que hacen de los adultos, al movimiento y al lazo afectivo con el otro. Sin embargo, existen pequeños que carecen de estas características y de la posibilidad de entablar un vínculo con el mundo exterior que los rodea. Según especialistas, el autismo infantil es un “trastorno de las funciones cerebrales del niño, que afecta a sus posibilidades de comunicación emocional con otras personas y a la organización de la conducta en su vida diaria”.
Características y síntomas
La desconexión con el mundo exterior es el rasgo básico que muestran quienes padecen autismo. Daniela Kanzepolsky, psicóloga, explicó que la afección puede ser leve, moderada o aguda, cuestión que dependerá del grado de vínculo que el niño pueda establecer con el entorno. “A mayor desconexión, más severo será el caso”, manifestó.
Marina Sanchez Almeyra, musicoterapeuta, comentó que los autistas “no registran sistemas de tiempo-espacio y, muchas veces, presentan movimientos esteriotipados, de vaivén”. La incapacidad para generar un contacto visual con otro, suele ser otro de los modos en que se exterioriza la desconexión del sujeto con el ambiente. “Muchos chicos demuestran qué les gusta y qué no a su manera. En casos severos, entran en crisis ante situaciones de disgusto”, sostuvo Kanzepolsky.
Otras manifestaciones pueden ser que el niño rechace el juego social, se vuelva incapaz de imitar roles adultos o no busque consuelo en momentos de aflicción.
Sus causas
Al parecer, son múltiples los factores que originan el autismo. Kanzepolsky comentó que en la mayoría de los casos existen indicadores neurológicos que provocan el ausentismo del niño con el entorno. De todas formas, indicó que si bien la cuestión cerebral es la que se presenta en casi todas las situaciones, también se hallan casos en los que la causa radica en el mundo que rodea al bebé. “En ocasiones tiene influencia el preparto, esto es, qué tan deseado fue el hijo, si se lo buscó o no, si se lo nombró o no”, declaró. Asimismo la psicóloga aclaró que un embarazo no deseado no va a culminar necesariamente en un autismo, sino que se trata de un factor que puede llegar a incidir en la patología.
Por su parte, Sánchez Almeyra consideró que el autismo puede estar dado además por problemas durante el parto, enfermedades de la madre o también cuestiones del entorno. “La falta de estimulación temprana puede conllevar a que el niño desarrolle cierto grado de autismo”, manifestó.
Abordar la problemática. Si bien esta afección no tiene cura absoluta, con trabajo terapéutico, contención y acompañamiento familiar se pueden lograr grandes avances y otorgar al niño una buena calidad de vida.
Para Kanzepolsky, reducir el autismo sólo a cuestiones neurológicas implicaría asumir que el tratamiento estaría ligado únicamente a la medicación psiquiátrica. Por ello, la psicóloga remarcó que con estimulación adecuada se consiguen resultados sumamente positivos. “Poner el cuerpo es un rol fundamental de los terapeutas”, sostuvo y agregó que desde su profesión se presentan al chico distintos objetos y se trabaja con texturas, formas, dimensiones y colores.
Por su parte, Sánchez Almeyra remarcó: “Trabajo con un niño que tiene una dificultad pero que también tiene capacidades que busco potencializar”. Desde la musicoterapia se aborda la materia sonoro-corporal. “Busco que el instrumento musical sea el medio para que el chico genere un vínculo con el otro”, manifestó.
Según Kanzepolsky, el terapeuta debe ser una persona que tenga tolerancia a la frustración y principalmente paciencia, ya que explicó que los cambios se dan de manera muy paulatina y no de un día al otro. “Es un trabajo de hormigas”, sostuvo.
Más allá de la importancia que adquieren los profesionales al momento de abordar situaciones de autismo infantil, el seno familiar cumple una función vital para forjar avances concretos. Los expertos aseguran que la familia es el vínculo principal del niño y que será ella quien determinará, en última instancia, el éxito del tratamiento. Kanzepolsky concluyó: “Si los terapeutas realizan un buen trabajo con el niño pero su familia no coopera, será sumamente difícil visualizar algún tipo de cambio”.