25 abril 2011

Dueños de la tierra

Los pueblos originarios
celebraron en la ciudad
Conmemoraron su semana y continuaron con el reclamo por sus
derechos. Además, expusieron al público su arte y costumbres

(Por Alvaro Arellano) Del 19 al 25 de abril, en la ciudad de Rosario (como en todo el país) se celebró la semana que hace culto a los pueblos aborígenes. Siete días en los que representantes de diversos grupos originarios se hicieron oír y buscaron hacer valer sus derechos como personas. El primer día comenzó con una marcha que dio el puntapié a lo que serían los días siguientes, en el Parque Nacional a la Bandera, lugar que albergó distintas actividades relacionadas a prácticas de la comunidad. La penúltima jornada fue la oportunidad en la que este medio se acercó al lugar de los hechos para conocer un poco de qué se trata esta iniciativa que se lleva a cabo desde hace siete años, y quizá no tiene la relevancia que merece.

Cabe destacar que esta celebración surge en Argentina a partir de que el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Endepa) comienza a promover la “Semana del Aborigen”, del 19 al 25 de abril de cada año. Y en 1992, con motivo de los 500 años de la llegada de los europeos al continente, se comenzó a llamarla Semana de los Pueblos Indígenas. Es así que integrantes de distintas comunidades de todo el país se reúnen para conmemorar este hecho, y lo hacen mostrando su cultura y costumbres.
En una tarde donde el clima acompañó de la mejor manera, las condiciones estaban dadas para entregarse al ambiente y disfrutar de la propuesta de los nativos. Lo que atrajo a la mayor parte de la concurrencia fue el puesto de comidas autóctonas, que al comienzo de la tarde la gente colmó para llevar algo dulce y acompañarlo con el mate.
Otras de las propuestas fueron los talleres de cerámica, de modelado de madera, de dibujo y de instrumentos de viento. Entre la gente que iba y venía de los distintos puestos, se encontraba Cristina Choque, una de las organizadoras del evento. Integrante de la Secretaría de Cultura municipal, es coordinadora de las actividades de los pueblos originarios, y una de las personas que hizo posible esta actividad. Preocupada por la comodidad de todos los puesteros, y por qué artista subía al escenario, se tomó algunos minutos para charlar con este medio y dar a conocer un poco de qué se trata todo esto.
La organizadora expresó su conformismo por cómo transcurría la tarde y por la gente que se acercó al lugar. “Estamos intentando rememorar en conocimiento de la gente todas aquellas actividades que pasaron al olvido, es muy difícil llevar integrantes de los pueblos originarios a un solo punto, porque por lo general no se tienen los medios necesarios, sobre todo económicos“, deslizó Choque, mostrándose contenta porque a pesar de lo difícil que es para ellos reunirse, muchos hicieron el esfuerzo y se acercaron. A su vez explicó que es una iniciativa que se repite desde hace siete años, a partir de cada 19 de abril. En cuanto a la propuesta que ofrecen, manifestó: “Nos ponemos acá, mostrando a la gente que los pueblos originarios no somos incultos, acá hay una muestra cultural que la gente no conoce”. Luego aprovechó para recordar cómo toma relevancia esta lucha, con el primer congreso en Pátzcuaro, Mexico, donde el 19 de abril de 1940 se le permite por primera vez a los representantes de los pueblos originarios de América expresar con voz propia la situación social, económica y cultural en que se hallaban. Por último aprovechó para difundir el apoyo a la comunidad Qom de Formosa, a la cual se le han quitado sus tierras y sus pertenencias, y esto ocurre porque “los gobiernos escriben los derechos y ellos mismos no los cumplen”, tal cual sostuvo la coordinadora de las actividades de los pueblos originarios.
Las actividades continuaron a medida que la tarde caía, y lo que seguían eran recitales con bandas de los pueblos chicheño, diaguita y andino, que dieron una muestra de lo que saben hacer arriba del escenario, fomentando su patrimonio cultural y sus derechos sobre las tierras que les fueron expropiadas a estas personas. Tema del cual habló también con este medio Olga Chope, otra de las organizadoras, y allegada a Cristina Choque. Pertenece a la comunidad Coya, está trabajando hace muchos años en la recuperación de la identidad en Buenos Aires. Allí es donde tienen mayor posibilidad de “ir a ver a diputados, a senadores, por lo que tiene que ver con este tipo de problemas, llámese desalojo, llámese desmontes, represión, en diferentes lugares de este país”, señaló. Fueron a casa de Gobierno e hicieron numerosas marchas, de hecho se sumó a ellos Derechos Humanos y Amnistía Internacional para denunciar diferentes casos, pero “a nivel general, los gobiernos pasan y no vienen las soluciones de fondo”, indicó Chope. Luego agregó: “Más allá de cualquier partido, creo que pasa por hacer cumplir las leyes, pasa por tener voluntad, y ellos no la tienen. Además la mayoría de los políticos tienen sus tierras, y no les interesa tratar esos temas porque se les está tocando algo de ellos, que es su patrimonio”. Por último Olga concluyó que “pasa por llamar a la conciencia”, porque sean vistos como seres humanos con derechos, y que la gente pueda solidarizarse con ellos, ya que lo que reclaman es algo que les deben hace siglos.
Hacia el final de la tarde, un miembro de la comunidad Coya subió al escenario y dio un emotivo discurso en el que mostró el optimismo que tieneen los jóvenes, que son aquellos en quienes deposita sus expectativas para continuar esta lucha. Y por último, para dar fin a su oratoria, enfatizó en seguir luchando por lo que perdieron y lo que les pertenece, y concluyó: “Prefiero morir y no vivir inclinado”. La lucha y la resistencia fue un común denominador en este día, todos aquellos que participaron y se hicieron escuchar pidieron sólo eso, algo que no parece muy descabellado. A pesar de la importancia de la causa, la semana de los pueblos originarios es un hecho que no es de público conocimiento, tanto por la escasa importancia que se les da, como por la poca difusión que tiene, lo cual refleja la poca atención que tanto denuncian, ya sea de parte de las autoridades como del resto de la población.