Una historia de amor
con revelaciones y silencios
en formato de comedia
(Por Naiara Vecchio) La guionista y directora cordobesa Liliana Paolinelli estrenó su segunda película Lengua materna donde se arriesga sin prejuicios con temas como la homosexualidad y el aborto. Tras el debut de su primer largometraje Por sus propios ojos (2007), la cineasta logra plasmar una visión austera, sensible y contundente. Su logro radica en bajar las relaciones afectivas a tierra y evitar sermones, generalizaciones y bajadas de línea. Una mirada amplia que elimina cualquier terreno fértil de condenas e intolerancias.
La película narra el vínculo entre una madre y su hija, y a su vez exhibe una historia de amor entre dos mujeres: Ruth, una empresaria gastronómica, interpretada por Virginia Innocenti, quien mantiene una relación lésbica con una política, candidata a diputada, en la piel de la rosarina Claudia Cantero. Sin embargo para su madre Estela, representada por una divertida Claudia Lapacó, la relación entre ellas siempre ha sido de amistad. “Algo mal habré hecho”, se dice la madre, recién recuperada del desmayo que le ocasionó la súbita confesión de su hija.
Así presenta el tema la directora, al plato: en la cocina de su casa, Ruth confirma su elección homosexual. “Hace catorce años que soy lesbiana, mamá”, es un eco que no deja de retumbar en la cabeza de Estela. Tras el shock inicial el personaje de Lapacó hace un enorme esfuerzo por entender la situación e interiorizarse del tema: compra libros, va a bares gays y charla con sus amigas. Pero en su intento de "aceptarla" empieza a entrometerse cada vez más en su vida. Se instala en su hogar y hasta en la unión afectiva con su pareja. Estela parece no tener límites: de un período jurásico de su mentalidad pasa a una invasión total de la privacidad de su hija. En ese sentido, el secreto sobre la elección homosexual habla de una larga historia de omisiones y fallos en la relación familiar. Y que en la primera escena Ruth confiese, sin que Estela le pregunte, cuatro abortos de su hermana Carlota (Ana Katz), remite también a una falta de comunicación que el desarrollo del largometraje no hace más que confirmar.
El destacado trabajo de sus protagonistas sumado a los sólidos aportes de las actrices secundarias: Mara Santucho, María Simone y Ana Katz, brinda personajes creíbles y sostenibles. Las mujeres de Lengua materna son frágiles y fuertes; románticas y pasionales, infantiles y adultas, con certezas e incertidumbres. En tanto, la combinación de plano-contraplano con fueras de campo de películas experimentales, la fotografía de Guido Fillipi y la música de Juan Bouscayrol agregan el clima ideal para transportar al espectador en el argumento. Y por su parte la edición de Lorena Moriconi, la dirección de arte de Mariela Ripodas y el Sonido de Leandro de Loredo ratifican los resultados del trabajo en equipo.
Escrita y dirigida por Liliana Paolinelli, Lengua materna es un film que durante 80 minutos desarrolla una controvertida trama con honestidad, humor y sin solemnidad. Propone una sincera e inteligente indagación no sólo de la homosexualidad sino también de sus implicancias familiares y sociales. Según su visión ser lesbiana es una elección y no un paraíso, las parejas homosexuales tienen los mismos problemas que las uniones heterosexuales. Hay una acertada y lograda idea de tratar cuestiones de política sexual en plan de comedia. Sin ir más lejos, en momentos en que la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario generó un arduo debate con posiciones encontradas, el equilibrio y la nobleza de este film resultan un entrañable y bienvenido aporte al diálogo.