UN DILEMA PARA LOS PADRES
Problemas de ingreso
de cara al ciclo lectivo
El 90 por ciento de los chicos con Síndrome de Down tiene dificultades
para ingresar en escuelas comunes y se buscan todo tipo de soluciones
(Por Lautaro Borysiuk) En la Argentina cerca del 90 por ciento de los chicos con Síndrome de Down tiene problemas para inscribirse en escuelas comunes. Los datos fueron arrojados en un sondeo entre los padres de los chicos durante la inscripción al ciclo lectivo 2011 y con la ayuda de la Asociación de Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA).
Esta situación se produce por el diseño arcaico del actual sistema educativo, que tiene tres aspectos clave que impiden la integración: una normativa anticuada, la falta de capacitación de los docentes y la precariedad de las estructuras edilicias de los establecimientos, que ya en la época moderna que vivimos deberían tenerlo, señaló Maria Rosa Pineda, madre de Pablo, un menor con capacidades especiales.
En base a la formación de Pablo, la madre comentó: “Está muy bien preparado y todos los días me dice que tiene muchas ganas de compartir el aula con chicos comunes”. Luego criticó al Ministerio de Educación de Santa Fe porque siempre le prometen una posible solución “pero nunca se produce nada nuevo”.
En este momento, hay un incumplimiento de la Ley Nacional 24.901 por parte de las obras sociales, las prepagas y el Estado, que tienen la obligación de cubrir los gastos de atenciones básicas de educación, salud y traslados de las personas con discapacidad. Según declaró Javier Speroni de ASDRA: “Se realizaron varias denuncias, las cuales no tuvieron efecto”
La principal ayuda en el país la brinda ASDRA, que es una asociación civil sin fines de lucro, cuya misión es brindar contención, información y capacitación a los padres y familiares de personas con Síndrome de Down, a los profesionales, autoridades gubernamentales, empresas e instituciones y a todos los sectores de la sociedad.
La psicóloga Lucy Liliana Alodi, quien integra el equipo técnico de la escuela especial Nº 1241“Etnade”, que pertenece al Servicio Provincial de Enseñanza Privada, advirtió: “Los menores deben superar dificultades con el compromiso de todos los miembros de la comunidad educativa y de todos aquellos, que se encuentren involucrados”. El tema del ingreso a los colegios para nosotros “no es tema nuevo”.
“Es mucho más fácil que un chico ingrese a un colegio privado que a uno público”, señaló la profesional en base a que en las escuelas públicas es más difícil, porque el equipo de integración que debe acompañar al niño es del Estado y, a veces, no tienen disponibilidad. En continuación con el tema, advirtió que los institutos educativos privados, la situación es diferente porque hay “presupuesto para contratar a un equipo”.
La psicóloga precisó que no se puede buscar una solución que generalice, sino analizar individualmente cada caso, para definir cuál es el ámbito educativo donde el alumno puede desarrollar mejor su aprendizaje. Luego resaltó: “Es fundamental observar el proceso educativo previo del discapacitado para resolver en qué lugar continuar su aprendizaje”.
En relación al ingreso en las instituciones normales, Marcela Romero, especialista que interviene en el Ministerio de Educación, subrayó vía Twitter que se ha charlado con los colegios para que estén preparados para el ingreso de los menores con síndrome y “la mayoría admite no estar en condiciones”. Este tipo de personas necesita que la sociedad los inserte como los miembros útiles que son, amplió.
El Síndrome de Down es una condición de retraso mental, es la más común y fácil de conocer. Se produce a causa de una anormalidad dada en los cromosomas, por alguna causa que es todavía incomprensible para la ciencia. Se genera una desviación en el desarrollo de las células y en vez de que se produzcan 46 cromosomas, se obtienen 47. Este cromosoma adicional cambia el desarrollo del cuerpo y el cerebro.
Las personas con Síndrome de Down, dentro de un marco integrado, pueden aprender a ser autónomas e independientes, con autoconciencia de sus posibilidades, de sus dificultades pero también de cómo superarlas. Y en este sentido es indispensable la confianza y expectativas alentadoras en el niño hacia el máximo logro posible.