18 octubre 2010

Maciel y el dolor de ya no ser

DIEZ AÑOS SIN FESTIVAL
Maciel ya no es tango

(Por Juan Diego Huerga) No es noticia decir que el tango, la música popular argentina por excelencia, ha perdido el esplendor que logró durante el siglo pasado. Sin embargo, todavía quedan aquellos reductos de cultura en donde el tiempo vuelve atrás y mantienen viva la llama de la identidad. Uno de esos lugares es la localidad de Maciel, declarada Capital Provincial del Tango en el año 1967. Un pequeño pueblo de siete mil habitantes que conoció y brindó los mejores espectáculos tangueros pero que hace casi diez años no escucha el sonido de los bandoneones.

La historia comienza en la década del 40’ cuando los clubes macielences competían para ver quién traía a las mayores figuras del tango a nivel nacional y, lógicamente, quién congregaba mayor cantidad de público. Héctor García, locutor en reiteradas oportunidades de la Fiesta Provincial del Tango y persona muy vinculada a la música popular recordó aquellos tiempos: “En una misma noche, un día de semana dos orquestas de primer nivel, una en cada club, reunió a una multitud”.
Sin embargo aquellos tiempos ya son parte de la historia. En 2001 se realizó la última fiesta oficial en Maciel. A partir de allí hubo varios intentos de reflotar el evento; se realizaron dos pre festivales en diciembre de 2005 y abril de 2006 con figuras como Carlos Cristal y Verónica Marchessi, pero no tuvo éxito ni continuidad. “Siempre hay intenciones de hacer la fiesta del tango”, dijo, por su parte, el Presidente Comunal Jorge Marucco.
García cree que el hecho de que no se reviva la historia cultural del pueblo no pasa por falta de voluntad sino por falta de entusiasmo y de mística. “Quien lo promueva debe ser la Comuna de Maciel porque es parte de nuestra identidad y debe tener continuidad”, completó el presentador. Pero el mandatario local lo analiza desde otro punto de vista: “Uno entiende que es parte de la cultura, pero la Comuna tiene prioridades sociales que atender”, respondió.
A pesar de sus dichos, Marucco confesó que se va a intentar hacer un festival de tango antes de fin de año. “Sin dudas que se puede recuperar y se debe recuperar el patrimonio cultural que generamos y que hoy podemos perder”, sostuvo Héctor García. Lo cierto es que en 2011 se cumplirá una década sin que Maciel haga honor a su rica historia y reviva el festival provincial de manera oficial.
“En Maciel tenemos una identidad. Es como venir de un papá y una mamá. Uno proviene de determinados genes y nos debemos identificar con ellos”, añadió el locutor para luego completar diciendo que se produjo un “quiebre en la continuidad artística del tango”. “Los que fueron ya no están. Los nuevos no aparecen y los que aparecen no son apoyados”, remató García.



Cuando la historia marca el camino

Si bien la historia tanguera de Maciel comienza en los años 40, fue en la década de 1950 cuando se fortaleció y se arraigó la música popular en dicho pueblo. En esa época los clubes luchaban entre sí para destacarse por los espectáculos y orquestas que llevaban a sus escenarios. “Pasaron todas las figuras que te puedas imaginar”, comentó García. Entre 1964 y 1965 el doctor Carlos P. Stelzer, gran admirador del tango, empezó a reunir a un grupo de amigos a cenar todos los viernes junto con un pequeño espectáculo.
Así comenzaron las peñas semanales a las que se fueron sumando cada vez más gente. En 1967, por gestión de Stelzer ante el Ministerio de Gobierno de la provincia, cuyo ministro era José Antonio Amuchástegui y Keen, (autor del tango Siga el Corso) se declaró por decreto a Maciel como Capital Provincial del Tango. El nombramiento fue dado directamente por el ejecutivo ya que el gobierno, en ese entonces, era de facto.
Cuando el decreto llega a la Comuna de Maciel, el gobierno local, atendiendo a quién lo había logrado y teniendo en cuenta que el lugar donde se desarrollaban las peñas era el club Alba Argentina, declaró por ordenanza municipal a esta institución como sede de la Fiesta Provincial del Tango. A partir de allí se fueron sucediendo festivales anuales donde se presentó a grandes figuras de renombre. A la fiesta concurría público de todos lados y tenía repercusiones a nivel nacional.
Maciel también participó de la Fiesta Nacional del Tango en La Falda, Córdoba. De allí se trajo un premio Gardel de Oro gracias a un trío Cañada de Gómez que representaba al pueblo. Años más tarde volvió a competir en el evento, con la orquesta de Romano Monserrat de Santa Fe en representación de Maciel. Un conjunto con 15 músicos en escena, dos directores y tres cantores que se destacó a nivel nacional.
Luego, por razones de costos, las peñas de tango se fueron realizando de forma esporádica. El tango fue perdiendo difusión en los medios, las grandes orquestas fueron desapareciendo dando lugar a los tríos que acompañan a cantores independientes y la desaparición del programa Grandes Valores del Tango, que tenía mucha repercusión en el interior del país y ayudaba a atraer al público, indicaron el principio del fin de la fiesta oficial.
Durante el gobierno comunal de Carlos Taborda, en la década del 90’, se consiguió que aquel decreto de facto que le daba a Maciel el título de Capital Provincial del Tango, se transforme en ley de un gobierno constitucional. Con este impulso se retomaron las fiestas anuales pero en 2001 terminarían por desaparecer y, diez años después, no hay indicios de que la historia y el legado cultural de Maciel vuelva a ser protagonista de la provincia.