20 septiembre 2010

Centro de día Juntos

Apoyados en el cariño
ayudan a discapacitados
a meterse en la sociedad

(Por Guadalupe Quintana) El Centro de día Juntos es un establecimiento que recibe y prepara a adultos con capacidades diferentes para insertarlos en la sociedad. Se fundó el 28 de mayo de 1998 en la ciudad de Roldán, gracias al aporte de la comunidad e impulsado por la Organización No Gubernamental Juntos. Los concurrentes son mayores que sufren una incapacidad mental, en su mayoría con bajo nivel de alfabetización y nula estimulación de pequeños.
La idea surgió a través de un grupo de padres que, preocupados por la posibilidad de que sus hijos con capacidades diferentes quedaran fuera del sistema educativo al cumplir 22 años, comenzaron a proyectar el sueño de un espacio propio en una entidad que primero funcionó en un salón de usos múltiples cedido por la Escuela Especial 2056, a la que habían concurrido hasta esa edad. El 30 de agosto de 2008, la asociación inauguró su propio edificio y así el Centro comenzó a crecer.

“El Centro tiene capacidad para albergar hasta 30 personas que oscilan entre los 20 y 40 años, incluyen actividades recreativas, terapéuticas y educativas internas, así como encuentros de intercambio con otras instituciones”, contó Nora Miriami. El modo de trabajo es a través de talleres individuales, grupales y también familiares. Terapistas ocupacionales, fonoaudiólogos, maestra especial, psicólogo, asistente social, kinesiólogos y profesores de educación física y tai chi chuan son los profesionales encargados de educar a quienes asisten al establecimiento.
Los adultos discapacitados elaboran los alimentos que utilizan luego para la merienda diaria y para comercializar. “Cubrimos el recurso material que hace falta para fabricar el alimento, eso es productivo porque no se gasta en compras”, declaró Miriami. También dijo que la etapa de ventas permite la “relación con la gente” y el “reconocimiento” del otro, además algunos de ellos aprenden el manejo de la plata, ya que ganan una comisión por la venta de las comidas.
“Los viernes se desarrolla el taller de pizzetas en el que amasan, hacen los bollitos y se ayudan entre todos”, explicó Mariana Martire, la maestra especial y promotora. Agregó que hacen unas 200 por semana y que la venta “es directa”. “Los concurrentes se llevan lo que vendieron y lo distribuyen personalmente, esa experiencia les permite hacer hábito y habilidad social”, concluyó.
Asimismo, cuando el clima acompaña, cultivan una huerta para la cual todos tienen asignadas sus tareas, unos siembran, otros riegan y los que no quieren salir al parque realizan los cartelitos para identificar cada vegetal. “Este proyecto comenzó en 2008, la primera siembra fue de zapallitos, calabazas y achicoria, después habas, lechuga y radicheta y por último batatas y frutales. Hoy en día contamos con almácigos de donde retiramos cebollas y tomate para la salsa de las pizzetas”, declaró con orgullo la directora. Agregó que el desafío fue mantener los tres modelos de cultivo en épocas de abundantes lluvias, calor y hormigas.
Por otra parte, los concurrentes practican tenis adaptado, música y talleres de integración de vínculos y, recientemente, sumaron otra actividad comunitaria en la que se invita a la gente a visitarlos para contar cuentos. “Buscamos la posibilidad de intercambio y la diversidad de quien lo cuenta, ya sea en la elección del tema como en la modalidad”, explicó Miriami. “Los chicos están en condiciones de disfrutar de que alguien les lea y de sostener durante 30 o 40 minutos la atención a quien les está contando una experiencia, la narración hasta ahora no fue un límite”, agregó.
En cuanto al cuadro de situación de quienes asisten al Centro de día Juntos, la directora dijo: “Tenemos personas de 40 años con déficit muy severos en cuestiones de aprendizaje y enseñanza, pero toman el colectivo solos, nunca se perdieron y su coeficiente intelectual da para un marco de entre los 4 y 6 años”. A su vez, remarcó que los concurrentes están en condiciones de repetir secuencias de trabajo que un niño de esa edad no puede. “Nosotros trabajamos y proyectamos en la experiencia y no en su restricción intelectual. La construcción de una comunidad con inclusión social dependerá de sostener determinados principios como una vida independiente, no discriminar, accesibilidad universal, normalización del entorno y diálogo civil”, finalizó.
Cabe destacar que la entidad recibe a aquellas personas que deseen pasar un día en compañía de las personas que concurren al lugar y ayudarlos en la elaboración de las comidas. Los interesados pueden llamar al 496732 o contactarse vía mail a info@centrodediajuntos.org.ar.