Giuliano aseguró que
el plan del Puerto de
la Música es un desastre
(Por Juan Diego Huerga) Diego Giuliano terminó su labor parlamentaria a nivel local e inmediatamente se acercó al punto de encuentro pactado para la entrevista. El edil asumió hace seis meses y desde ese momento, se mostró muy combativo con el oficialismo. Tan puntual como crítico, le pegó duro a Miguel Lifstchitz, al socialismo rosarino, a la GUM y al Puerto de la Música. El reutemista aseguró que sus proyectos “no son tenidos en cuenta y duermen en un cajón”.
- En líneas generales, ¿Qué opina de la gestión de Miguel Lifschitz?
- Es opaca, está en declinación. Es una ciudad que gasta el 80 por ciento de su presupuesto en funcionamiento, que tiene una participación en obras públicas que es un papelón. Rosario, como segunda ciudad del país y primera del interior, que tenga como obras públicas para el año 2010 nada más que 103 cuadras de pavimento cuando se necesitan 6 mil, es un papelón.
- ¿Qué balance hace en este primer semestre como concejal?
- En primer lugar es un orgullo representar al pueblo en el Concejo, ya que es un lugar muy fuerte de participación de la gente. Estoy muy agradecido a todos. Desde el aspecto ejecutivo, en el Concejo no siempre se ve que lo que uno piensa o quiere desarrollar se puede hacer rápidamente. Mi balance es positivo desde el punto de vista de mi expectativa de la representación popular y, todavía en tránsito, en relación a poder concretar algunas de las cosas que planteamos en campaña y que no siempre, en este caso con mayoría socialista, se puede concretar.
- ¿La nueva composición del Concejo disminuyó el poder del socialismo en el Concejo?
- El poder del socialismo está claramente disminuido en Rosario a partir de la última elección. Obtuvo una cantidad de votos que no estuvo ni cerca de lo que ellos esperaban. Se ha logrado una paridad en el Concejo Municipal. Paridad que destraban rápidamente a través de la elección del presidente, que tiene doble voto y esto hace que desempate.
- Durante su campaña habló de enviar a la Guardia Urbana Municipal (GUM) a las comisarías, de hacer estacionamientos subterráneos para descongestionar el tránsito. ¿Ha podido plasmar estas promesas desde su banca?
- El tema de la GUM sigue siendo una propuesta. El intendente ha redoblado la apuesta y ha contratado más GUM. Creo que tener caprichos en política no beneficia a nadie. El intendente en esto tiene un capricho, él inventó la GUM, se dio cuenta de su inutilidad para los objetivos que se habían planteado, sabe que la policía de Rosario tiene un 40 por ciento de efectivos haciendo tareas administrativas. Mi propuesta ha quedado aprobada por una comisión y luego trabada por la mayoría socialista que no la mueve y que me dice que no lo hace porque es un planteo que ha surgido de la oposición. Esto baja nuestra calidad institucional y nuestra convivencia democrática. Voy a seguir batallando para que esos dos millones de pesos que ahora está gastando la GUM sea gastado en algo que sea útil, valioso para la seguridad y cooperativo para la policía.
Giuliano es abogado, fue secretario parlamentario de la Cámara de Diputados de Santa Fé y secretario legislativo de la Cámara de Senadores de la Provincia. Tras enfilarse dentro de la línea reutemista, se candidateó en 2009 a concejal obteniendo una gran cantidad de votos que permitió que durante los próximos cuatro años ocupe una banca en el parlamento local.
- Usted declaró que sería bueno utilizar los gastos del Puerto de la Música en seguridad, ya que beneficiaría a más cantidad de rosarinos…
- No tengo nada en contra del Puerto de la Música, conceptualmente. Es más, me gustaría que además Rosario tenga un gran centro de convenciones. La ciudad necesita un lugar para 10 mil personas, no para 2.500. El problema que tenemos es que el Puerto de la Música se está haciendo de una manera muy poco seria. Con una desprolijidad que está al límite de la legalidad.
- ¿Por qué?
- Primero se contrata un arquitecto brasileño, Oscar Niemeyer. Se dice que no va a cobrar honorarios y le pagamos una fortuna en gastos operativos y viáticos a su estudio. Se extraen 5 millones de pesos de la seguridad de Rosario para pagar los viáticos y ahora, la frutilla del postre, nos enteramos que el lugar donde decían que iban a realizar el Puerto de la Música no está autorizado. Es decir, no tenemos la tierra, el arquitecto se lleva una fortuna y decían que no cobraba y le sacamos la plata a la seguridad. Un desastre. Un desastre socialista como pocas veces he visto.
- Si el dinero de la seguridad se utiliza en el Puerto de la Música, ¿cómo cree que se pueden solventar los gastos de, por ejemplo, las cámaras de vigilancia?
- Durante la campaña creo que fui el único que salió con una cámara en la mano diciendo señor intendente esto existe en el mundo, es importante, previene el delito y permite la rápida intervención policial o la identificación de los delincuentes. Señor intendente hágalo. No lo hizo. Lo único que hizo fue publicidad, el que quiere cámaras las tiene que pagar. Para esto hay una tasa municipal, no hay que pagar demás. Realmente es poco serio, publicidad pura, falta de seriedad e imaginación, por no ser más duro.
- ¿Usted presentó un proyecto de cámaras de video vigilancia?
- Sí, en febrero. Pero duerme en un cajón, como todos mis proyectos.
- Otro de sus proyectos que llegó a la agenda de los medios de la ciudad fue la llamada “banca del pueblo”, ¿también duerme en un cajón?
- El proyecto de la banca del vecino es otra muestra de la falta de convivencia del socialismo en la ciudad. Como surge de la oposición tampoco lo trata, no sale de la comisión. Esto me da una pauta de lo poco que me sirve la actividad del Concejo Municipal en este sentido. El Concejo está trabado por el socialismo. Así no es posible hacer nada de lo que la gente reclama y que planteé en campaña. Genera insatisfacción.
- La banca del pueblo tiene como objetivo que el vecino se acerque y exponga sus inquietudes, sus necesidades, ¿no es esa justamente la labor que deben realizar los concejales?
- Sí, es cierto. Pero la banca ciudadana también tiene la función de oxigenar la participación popular en el Concejo. El recinto muchas veces se transforma en un encuentro cerrado, donde la gente va muy poco. Además no se facilita el acercamiento de esas personas. Ahora la cuestión la planteé al revés: si no me dejan que la gente venga acá, voy para allá. No van a evitar que esté por los barrios, hablando con los vecinos. Es cierto que los concejales tenemos que hacer todo eso pero también es cierto que si se tiene la posibilidad que durante una sesión un vecino pueda trasmitir las necesidades de un barrio y transformarla en un proyecto, eso es superador.