EL PAN Y CIRCO CASUAL
El mundial tapa todo
y a Kirchner le gusta
El mundial de fútbol distrae sobre los temas políticos y a la
gestión actual le viene de diez de cara a las presidenciales
(Por Facundo Borrego) La teoría que se pronostica en estos días de que si la selección argentina se consagra campeón del Mundial de Sudáfrica, Néstor Kirchner tendría el camino abierto a convertirse nuevamente en presidente de la Nación, es algo vaga pero con fundamentos aceptables basados en la sociología y en la historia política del país. No es la victoria del campeonato en sí que mantendría en el poder a la dinastía kirchnerista, sino el aire purificador y “distractivo” que genera la televisasión de la pelota número cinco durante las 24 horas del día, junto a la publicidad que ametralla con balas celestes y blancas por doquier.
La realidad marca que los argentinos salen a lucir su soberanía incondicionalmente cuando juega la selección, y qué más oportuno que un mundial de fútbol donde el equipo nacional es gran candidato, para dejar de lado los problemas políticos y expresar con mayor intensidad su orgullo patriota.
Desde hace unos meses el gobierno nacional cambió su postura de plantarse como distante al pueblo, y mediante algunas jugadas y medidas políticas pudo acrecentar su imagen positiva en la opinión pública, mayormente en la clase media, también con la vista puesta en la re-reelección. Estas jugadas mencionadas tienen un fondo meramente popular y en algunos casos roza lo que se llama “pan y circo”, concepto del cual el italiano Umberto Eco es abanderado.
Quizás de manera indirecta y casual los enormes festejos del Bicentenario –bienvenidos sean- funcionaron para el gobierno kirchnerista como promoción nacionalista y homogenización cultural. Fueron cinco días de celebración patriótica donde se dejó de lado los colores políticos, se dejó de pensar quién es el jefe de Estado para conmemorar los 200 años del primer gobierno patrio, en una fiesta multitudinaria con el concepto de hermandad plasmado. Punto a favor para la gestión K.
Días atrás Agustín Rossi, diputado nacional del riñón kirchnerista, manifestó luego de los festejos por el Día de la Bandera: “Hay un cambio de humor social que ha sido creciente desde las elecciones del 28 de junio del año pasado. Esto se debe a la mayor valorización y aceptación de las políticas del gobierno nacional. Hay una mayor aceptación de la figura de la presidenta. Ha ido cambiando el humor de la gente”. En esta línea el diputado mencionó a la modificación de la ley de medios y la asignación universal por hijo como las medidas más valoradas por los ciudadanos.
Sin dudas la disposición de la presidenta Cristina Fernández para reformar la ley de radiodifusión, que databa desde la época del gobierno de facto, fue de las primeras medidas para darle un vuelco a la imagen negativa que obtuvo luego del conflicto con el campo por la tan discutida resolución 125. Sumado a esto, a mediados del año pasado -hace exactamente un año- perdía las elecciones legislativas y su panorama se hacía añicos debido a las críticas por parte de la oposición, que se entrecruzaron hasta llegar a una especie de fundamentalismos ciegos.
Aquí comienza la estrategia de Néstor Kirchner para emprender la tarea de ganar terreno en la fracción de la población que según los expertos es la que tiene gran peso a la hora de ganar una elección: la clase media.
El gobierno desembolsó cerca de 600 millones para adquirir los derechos televisivos del fútbol de primera división –que eran del Grupo Clarín- y crear el Fútbol para Todos, para la transmisión por la televisión pública. Otro punto a favor para la gestión K. Debido a esto, el Grupo Clarín emprendió mediante todos sus medios una campaña para destrozar a la presidenta en cada cosa que realizaba. Sin embargo el oficialismo no se queda atrás y responde por medio de la televisión pública a este sector del periodismo.
El Fútbol para Todos es lo que más se asemeja al concepto de “pan y circo”, una estrategia clave y predeterminada para ir ganando consenso social. Es más, la presidenta Cristina Fernández se mostró levantando la camiseta de la selección con su nombre impreso junto a la persona que más representa al populismo argentino, Diego Maradona, el cual se mostró cercano a las ideas kirchneristas. Más que un punto a favor, un golazo a favor.
Otra era la situación social y política del país en el año 1978 cuando la selección se alzó con la copa del mundo obtenida justamente en nuestro país. En esos años de la dictadura más sangrienta de la historia argentina, la Junta Militar liderada por Jorge Videla utilizó el mundial para tapar y silenciar sus actos represivos, sus secuestros, sus matanzas indiscriminadas y todo lo que ya se conoce. Ser sede del mundial ayudó mucho para llevar adelante políticas higienistas y de control. La copa obtenida le dio un fuerte espaldarazo frente a la sociedad. Claro, en ese entonces no había oposición, ni partidos políticos, ni expresiones distintas, ni Parlamento, si había medios que respondían a sus intereses.
Ocho años después, ya en plena democracia y con el aval del pueblo por haber llevado al banquillo de la Justicia a la cúpula militar en el histórico Juicio a las Juntas, Raúl Alfonsín levantaba la copa ganada en México junto a Maradona en el balcón de la Casa Rosada. Fue un empujón, más que nada para contrastar lo diferente que se vivía en comparación a los años de la dictadura militar.
Así se llega a la actual Copa del Mundo de Fútbol disputada en Sudáfrica, con la cual se topa este gobierno y la recibe como anillo al dedo al igual que muchos gobiernos pasados, pero con intenciones distintas.
A la participación de la selección nacional en el mundial, la gestión kirchnerista la puede aprovechar como continuación de las políticas detalladas anteriormente para ganar imagen positiva. La realidad es que se registra un cambio de clima favorable al oficialismo, donde algunas encuestas lo muestran como gran candidato a Néstor Kirchner para las elecciones de 2011, fundamentado principalmente porque no hay candidatos capaces de enfrentarlo al momento. ¿Alguien se acuerda de los casos de corrupción que al kirchnerismo le atribuyen? ¿Alguien se enteró que se levantaron las medidas cautelares que tenían sin efecto a la nueva ley de medios? El mundial tiene un efecto sedante.
No es nada exacto que de ganar el mundial, Kirchner tenga resuelta las elecciones, porque sería un pensamiento muy básico ligar el fútbol con una urna. Sin embargo a la hora de hacer un balance, la posible imagen de Cristina y Néstor junto a Maradona y Messi levantando la copa del mundo frente a Plaza de Mayo, inconscientemente tendrá peso. Indirectamente el mundial de Sudáfrica es un evento “distractivo” de las masas en relación con la discusión de problemas políticos sustantivos y con el involucramiento del ciudadano en la materia.