UNA REVISTA PARA CHARLAR
El urbanismo atypico
(Por Pablo Martínez) Ya en la tercer hoja el lector toma conciencia del material que tiene en las manos; en la parte inferior de la página reza: “Ningún derecho reservado. Esta publicación puede ser reproducida total o parcialmente, charlada, comentada, escaneada, fotocopiada, pegada como afiche, recortada, quemada para hacer asado (inviten), utilizada para otra cosa que no sea leerla, citando la fuente. Autores y entrevistados son responsables de sus ideas. Registro de la propiedad intelectual en trámite. Ah! Declarada de interés municipal”. Atypica es una invitación a pensar, descubrir, imaginar y caminar un mundo diferente.
La revista nació a fines del 2003 cuando la ahora directora Guillermina Ygelman se planteó la idea de dejar de hacer cosas para los demás en su estudio de diseño y hacer algo propio. “Dijimos por qué no armar una revista que en vez de que sea de diseño esté diseñada”, relató la diseñadora refiriéndose a cómo surgió la idea de la publicación. Además en Rosario no existía una revista de similares características y en el país eran escasas.
En sus comienzos la publicación fue de repartición gratuita, pero en el 2008 comenzó a venderse a un valor módico para poder solventar la impresión con mejor material y lograr alcanzar kioscos de todo el país. Ygelman cuenta que gracias a poder venderla Atypica logró una expansión en formato y calidad, también acota que la edición no es comercial sino que se comercializa.
Andrés Conti, editor de la revista desde el 2005, relata que cada número se produce a través de una reunión de trabajo con la directora y la diseñadora Velentina Paolucci donde se define un temática a tratar y a partir de allí qué notas se pueden realizar y qué aspectos se pueden alcanzar. Al tomar un tópico por edición, la publicación se diferencia de otras revistas que hacen una mezcla de temas.
El staff de cada edición se encuentra conformado por colaboradores gráficos (artistas, diseñadores), fotógrafos y periodistas, manteniendo un plantel de profesionales estable y otros que se van sumando al pasar las publicaciones. Además cuentan con corresponsales por toda Latinoamérica lo que hace una mirada diferente en cada tema, como por ejemplo cuando en el número 33 se plantea la temática de los vecinos y la periodista Adriana Cuicas de Venezuela plantea su versión desde su vecindad.
“La revista dejó de ser sólo de diseño, para comenzar a comunicar algo junto con el texto y el diseño”, resaltó Conti y argumentó que el estilo de Atypica fue evolucionando hasta llegar a ser una revista sobre subjetividad. “El estilo es de cada persona que escribe”, agregó el editor.
Cuando se le pregunta a Conti si Atypica marca tendencia, él sin dudarlo responde que no, en contraposición el diseñador grafico y lector Gustavo Correa de 23 años, que destacó: “La publicación marca una tendencia en la moda y a nivel diseño, ya que se exponen productos de todo el mundo y se puede evidenciar una línea a seguir con respecto a lo que se viene”. También el diseñador resaltó que la revista trae material gráfico que permite ver otros horizontes y experimentar nuevas técnicas.
Atypica se destaca por darle importancia a la cultura popular urbana con un punto de vista rosarino pero que, gracias a los colaboradores extranjeros, logra una simbiosis de miradas distintas, que logra atrapar tanto a lectores adolescentes como a profesionales que se sienten atraídos por la pluralidad de pensamiento. Desde el staff de la edición argumentan que nunca intentaron saber qué es lo que le gusta al público, sólo se dejan llevar por lo que los atrae a ellos y sus colaboradores. De esta manera muestran lo que está pasando en la cultura logrando una retroalimentación con el público que, atraído por esa curiosidad, los elige.
Conti no desea saber cuál es el perfil del lector de Atypica sino que invitó a que los periodistas dejen de pensar en el “para quién” y que se enfoquen en ser más fieles a su persona, siempre dando lo mejor y contando su versión. “A partir de que el informador plantee sus ideas sin buscar al lector, se respetará al público”, aseguró.
En referencia a ediciones pasadas el editor resaltó que uno de sus números predilectos fue el 14, que se denominó “Esto no es Barcelona”, que habla de Rosario y resalta que “gracias a Dios” no es parecida a la ciudad española o a Chicago. Finalmente remarcó que la última edición, denominada “Futuro”, marca una pequeña evolución de la revista hacia donde se dirige, tratando de romper los límites económicos y propios del staff.
Concluyendo la nota Andrés Conti definió a la revista en unas simples palabras “subjetividad, filosofía y rock and roll”, según él denominaciones que engloban a Atypica en todo lo que refiere a su compromiso con mostrar la cultura urbana a través del diseño y las notas periodísticas.
La revista puede encontrarse de manera bimestral en los kioscos de Rosario y además no hace mucho comenzó a traspasar las fronteras, ya que tienen un representante en Brasil y además una cuenta de PayPal desde la que se puede comprar en cualquier parte del mundo. También en el centro de la ciudad en Entre Rios 773 (frente a la Facultad de Humanidades) se encuentra la “Mansión Atypica” donde se venden los números anteriores, artículos de diseño y obras de arte.
Atypica dejó de ser una revista de culto entre los diseñadores para abrirse a un público masivo aún manteniendo su mística y particularidad, dando a conocer la cultura urbana de la ciudad y Latinoamérica. Como resalta su directora, desde la edición buscan que las generaciones logren una identidad cultural propia, observando diferentes miradas sobre un tema peculiar al lector.
Los lectores, según los Atypicos
Atypica puede sorprender a todos pero desde su staff intentaron describir al lector que los sigue de esta manera:
El lector atípico tiene la posta.
Baja los discos de internet pero, si le gustan, se los compra.
Mira las películas online y ve poca tele.
Sale mucho, le gusta sobre todo ir a comer afuera, a muestras, fiestas y recitales.
Mira ropa y zapas por internet y se decepciona si no las puede conseguir acá.
No siempre practica deportes, pero siente verdadera pasión por la camiseta... la campera, las zapatillas, los bolsos y los pantalones deportivos de usos fashionistas.
Tiene un celular pro, cámara digital, mp3, notebook y está esperando que salga la Mac Air, aunque lleva todo en una mochila vieja y sucia para que no le roben.
Le pasa a sus amigos la data que está por venir, de onda.
Vive como en Europa, se viste como si caminara por Nueva York, pero vacaciona en Mardel.