19 septiembre 2011

El turismo que crece con la Fe

Se esperan un millón de
personas en San Nicolás
Se debe al aniversario de la Virgen del Rosario. La ciudad
tiene lugares históricos que los peregrinos deben visitar

(Por Cecilia Arean) El 25 de septiembre se conmemorará el 28° aniversario de la aparición de la Virgen del Rosario de San Nicolás. Las callecitas de la ciudad tienen ese no sé qué. Hay días que parecen de una metrópolis dormida, y otros, las de un pueblo en pleno apogeo. El fenómeno religioso es el más importante para el turismo local. En ocho días pasan un millón de personas. Si bien los nicoleños no le dan importancia al mismo, hay lugares históricos que los peregrinos no pueden dejar de visitar.

“Es emblemático que de los fenómenos religiosos del mundo, el de mayor crecimiento sea éste. Dicho por la propia Iglesia. No tiene techo, va a seguir creciendo. Esto nos obliga a prepararnos de acá a 20 años. Hay que tener esa visión. Nos hemos especializados en turismo religioso pero, en realidad, desde el área de Turismo intentamos que la gente venga a conocer toda la ciudad”, manifestó el director Ejecutivo del Ente Mixto de Turismo de San Nicolás, Jorge Contartese.
 Hay espacios en la ciudad que expresan nostalgia. Sólo quedan las huellas de lo que alguna vez fue. Difíciles de borrar. La más profunda es la de la estación del Ferrocarril, en el barrio República de la Estación. De lo que tuvo vida propia, dándoles la bienvenida a los inmigrantes que llegaron para forjar su destino. Hoy sólo existe la estructura colonial y las tristes vías que brillan por el sol que las ilumina. Atrás quedó lo que fue el epicentro de la vida social.
 También hay sitios que conservan el movimiento. Donde el viajero se siente a gusto, disfruta y descansa. En cuanto a la arquitectura, hay construcciones coloniales pero también hay casas bajas. Aunque la ciudad no escapa al boom de la modernidad con los edificios y construcciones más actuales.
 En 1852, Justo José de Urquiza, luego de derrotar a Juan Manuel de Rosas, reunió a los gobernadores para realizar un acuerdo para así redactar la Constitución Nacional. En el lugar donde se firmó, el 14 de mayo de 1936 por decreto nacional, se fundó como Museo de la Casa del Acuerdo. Aunque se inauguró en 1937, siendo uno de los más importantes del país. Además, cuenta con una biblioteca con más de 60 mil volúmenes. Aún conserva el estilo antiguo. El pasillo central lleva al patio, y allí hay armas de la época, un aljibe y placas.
 Tiene nueve salas, todas temáticas como la Don Pedro Alurrarle ambientada con muebles que pertenecieron a familias nicoleñas, destacándose vajillas y joyas de la familia Azopardo. También la Sala del Acuerdo, donde se encuentra el documento original de la firma del acuerdo, la mesa y las lámparas. Una de las más importantes, la de la Organización Nacional, en sus paredes están los retratos de los constituyentes de 1853.
 La Casa del Acuerdo está ubicada en Nación 143, a 300 metros hacia el este se encuentra el río Paraná. A seis cuadras está el Parque San Martín, el cual permite, ejemplarmente, disfrutar de una vista panorámica de las islas mientras sopla una tenue brisa primaveral. Pero si optan por seguir por la misma pero en sentido contrario, es decir, hacia el oste, luego de pasar por uno de los corredores comerciales más importantes, está el Teatro Municipal Rafael de Aguiar.
 Fue inaugurado en 1908 y en la actualidad representa uno de los sitios arquitectónicos más importantes de la Argentina. Las sillas, mesas, espejos y las butacas fueron importados de Europa, precisamente de la fábrica Thonet de Viena. El telón fue confeccionado con la misma tela que la del Colón. La cúpula fue pintada por el artista italiano Rafael Barone. Las escaleras aún conservan el mármol de Carrara. El teatro cuenta con un bar, en el que se hace el mítico San Martín, trago imperioso, del cual guardan celosamente el secreto. Si bien la entrada es gratuita, estar distante de la zona del campito impide que los turistas puedan apreciar esta pieza de la historia y de la cultura nacional. En relación a esto, Mirta Chervo, directora municipal de Cultura de la ciudad de la rivera enfatizó que se ha probado, pero la gente no llega. Por lo general hacen visitas guiadas. Además, confesó: “Los nicoleños tenemos que convencernos que la gente se queda en el sector del templo”.
 El miércoles 21 de septiembre reabre, luego de estar cerrado un año, el Museo Municipal Don Gregorio Santiago Chervo. La inauguración fue en 1969 y desde 1990 que no se hacía una restauración. Este medio tuvo acceso, previo a la apertura, y pudo contactar que se redistribuyeron los espacios, se amplió la sala de archivo y hemeroteca, se cambiaron completamente las instalaciones eléctricas, de gas y de agua. También se adecuaron los baños con acceso a discapacitados. Y que las paredes cambiaron el blanco por tonos de grises que le da vida a la casa, dando una sensación de armonía. La obra tuvo un costo de 425.380 pesos y fue financiada por el Ministerio de Planificación Federal de la Nación.
 Quienes tengan inquietud de conocer el casco histórico de la ciudad les será imprescindible pasar por la casa, debido a que se encuentra en la arteria principal que une al centro con la capilla. “La gente acostumbra a pasar ya que están de paso”, aseveró Chervo.
 “Llevó su tiempo, no fue fácil. Esta casa es anterior al 1800. Entre lo nuevo es que las salas son temáticas, está la Municipal, la de Periodismo y Educación (antiguo comedor), la de Religión. En el patio descubierto se harán exposiciones cada 15 días”, estableció la museóloga Mirta Chervo.
 Durante el día, la ciudad es iluminada con los destellos del sol que se afirma en el agua del río. Dándole matices claros y limpios. Pero el atardecer tiene la tónica perfecta para pasear por sus callecitas céntricas. En la noche la ciudad pierde su encanto.
Durante esta semana, los marianos viven una fiesta. La ciudad no está preparada, en cuanto a la infraestructura, para recibir a miles de fieles; sin embargo ella lo hace. Los nicoleños no son los mejores anfitriones ni tampoco los peores, pero es esencial ser serviciales y brindarse. Por lo menos, para no permitir que hieran la ciudad del acero.