06 junio 2011

Policías absueltos en el caso Lepratti

Una muerte que
sigue doliendo
A poco de cumplirse una década de su asesinato, los responsables
de quitarle la vida a Pocho Lepratti se encuentran en libertad.

(Por Jazmín Levi) A casi diez años de la muerte de Pocho Lepratti la justicia de Santa Fe tropieza nuevamente. En los primeros días de mayo se conoció públicamente que la Cámara de Apelaciones en lo penal de la ciudad de Rosario, en sala integrada por Ríos, Lurati y Mestre, absolvió a los policías que en primera instancia habían sido condenados, por falsificación de instrumento público y encubrimiento. Ellos son Marcelo Fabián Arrúa y Rubén Darío Pérez, el ex jefe de la subcomisaria 20ª Roberto de la Torre; el ex jefe del Comando Radioeléctrico Daniel Horacio Braza; y el ex oficial de guardia de la sub 20ª, Carlos Alberto de Souza. Además, el ex agente de la policía de Santa Fe Esteban Ernesto Velázquez, asesino de Claudio Lepratti se encuentra en libertad.

El 19 de diciembre de 2001 Velázquez asesinó a Claudio Pocho Lepratti, un trabajador social que se encontraba en los techos de la escuela continua a la Circunvalación observando los conflictos que se daban en barrio Las Flores. Quedó acreditado en el expediente, donde se investigó el homicidio, que Lepratti insultó al personal policial y les exigió que dejaran de disparar porque había chicos comiendo en la escuela. El móvil paró, Pérez y Velázquez bajaron, el primero disparó al aire y el segundo disparó contra Lepratti, lo hirió, arrancaron y se fueron. Lepratti, herido, fue trasladado por sus compañeros de trabajo a un hospital. Inclusive una de ellas, Graciela Capelano, pasó por la comisaría y se negaron a tomarle la denuncia.
Según cuenta Inés Cozi, abogada de la Secretaría de Derechos Humanos de Rosario (quien dice estar indignada con la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe), la versión policial consignada en el acta de procedimiento relata que el móvil estaba circulando por calle España y antes del puente de Circunvalación doblaron en una calle paralela a esta última, y textualmente dicen: “…Cuando la dotación (Sgto Rubén Perez, Cab 1º Arrua y Agte Esteban Ernesto Velázquez) iba circulando por esta calle a la altura de los fondos de una escuela ubicada en el lugar, en un momento dado el móvil oficial es agredido por un grupo de masculinos los cuales se encontraban sobre el techo de dicho establecimiento que en un primer momento comenzaron a insultar al personal policial. Para luego arrojarles piedras y elementos contundentes al móvil siendo este vehículo dañado en la puerta trasera izquierda y la rotura del vidrio del mismo, los agresores eran un total de cuatro, en esas circunstancias el chofer para evitar que las piedras impactaran sobre el móvil retrocede el vehículo hacia atrás y sienten dos detonaciones de armas de fuego de calibre chico, deteniendo la marcha descendiendo el personal del auto...”.
También se consigna una supuesta denuncia realizada por una de las personas que estaba con Lepratti, y que trabajaba en la escuela donde el comisario narra que en un tumulto originado en la vía pública y en las inmediaciones de dicho establecimiento educativo entre policías y manifestantes fue herido su compañero Claudio Leprati.
Diez años después de la crisis del 2001, de cargar con 39 muertos como consecuencia de la represión en todo el país, la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe muestra un punto flojo donde la impunidad sigue presente. Hoy cinco de los policías encubridores del delito están libres de cargos y condenas. Velázquez, tras haber cumplido una tercer parte de la condena y declarado como preso evangélico y de buena conducta fue dado en libertad condicional. Carlos Nuñez, director de la Biblioteca Popular Pocho Lepratti contó que el conocimiento público de esta situación comenzó cuando lo vieron vendiendo hamburguesas en un carrito en Arroyo Seco. Admitió que ellos sabían desde hace tiempo las condiciones en las que cumplía la condena pero no podían hacer nada. “Vivía con permisos, salió permanentemente, vivía en Arroyo seco, tenía laburo, el carrito de hamburguesas lo guardaban en la comisaria. Eso no le pasa a ninguno de los presos que está en libertad condicional”, explicó Nuñez.
Pese a esta crítica situación, con angustia y dolor llevaron a cabo una reunión extraordinaria  entre las organizaciones donde se había planteado realizar una marcha hasta el pueblo cercano a Rosario y pintar las paredes, pero esto fue una actividad que se canceló de antemano. Celeste Lepratti, hermana de Pocho y trabajadora social, expresó: “No queremos más muerte, no queremos un pibe más muerto, por eso tampoco vamos a Arroyo Seco porque sabemos que va a haber una represión y puede ser una masacre”. Además aseguró: “No podemos centralizar toda la culpa en Velázquez, hay una justicia que debe implementarse y no está siendo así”. Para sintetizar lo que siente ante esta lamentable situación, la hermana de Pocho, con lágrimas en los ojos y la voz quebrada, dijo: “De esta Justicia santafesina no esperamos nada, mi hermano está muerto pero vivo en cada uno de nosotros y con un trabajo de hormiga vamos a hacer justicia por él. Entendemos este mensaje y decimos que nosotros seguimos de pie, no bajamos los brazos, no vamos a dejar esta lucha y continuaremos hasta el final”.
Algunas de las actividades que se llevaron a cabo para el repudio ante la decisión de la Corte provincial fueron la recolección de firmas, una movilización el 19 de mayo frente a los Tribunales provinciales de la ciudad de Santa Fe y diferentes asambleas para discutir la postura que se va a tomar frente a esta resolución. Según Carlos Nuñez se está evaluando la posibilidad de realizar un juicio político a la Corte Suprema de la provincia y para fin de año hacer algunas muestras fotográficas y charlas en barrio Tablada, donde trabajan a diario. Una vez más la justicia se hace invisible y una parte de la sociedad busca la manera para rechazar esta impunidad y constante indiferencia a los intereses de la población.