DEFENSA DEL CONSUMIDOR
Para no pagar usuras
(Por Julia Herrero) Luciano Tamous es abogado penalista, y más allá de su trabajo profesional, asesora y brinda información acerca de los problemas con los que se puede encontrar un consumidor. Tiene un micro de radio donde la gente lo contacta y reclama algún contrato abusivo, tasas de interés usureras, o cualquier reclamo como consumidor de bienes y servicios. El trabajo de defensa al consumidor consiste principalmente en orientar a la gente en cómo tiene que conducirse en su relación de compra, de contratación de servicios y en general los derechos que tiene.
Los ciudadanos muchas veces no saben que tienen derecho a reclamar y a un montón de cosas que obviamente no las tiene claras, porque no tiene acceso a la ley, porque las leyes, para muchos, son de difícil comprensión, y por otro lado es un trabajo ponerse a ver lo que dicen esas las leyes. Para eso están los abogados.
- ¿Cuando una persona concurre a usted ya pasó por varias instancias de frustración?
- En la mayoría de los casos es cuando ya se ha consumado el hecho y cuando ya firmó un contrato que es abusivo, o cuando tiene que pagar una cifra que no le correspondería pagar, que es injusta, desproporcionada y la gente se aviene a pagarla.
- ¿Cómo se maneja un contrato abusivo?
- La abusividad está dada por una desproporción en las prestaciones, es decir que lo se obliga a dar al prestador es inferior a lo que se obliga a dar en consumidor. Hay una gran diferencia en lo que se tienen que comprometer a dar en ese contrato. Entonces ahí estamos en presencia de una cláusula abusiva. Por lo general esas cláusulas abusivas limitan la responsabilidad del prestador, establecen condiciones donde el consumidor no puede defenderse, donde está atado a un contrato por mucho tiempo y donde hay cuestiones accesorias. Por ejemplo, una persona compra un auto a plazo y tiene que contratar un seguro que le impone la misma empresa.
-¿Por qué se dedica a la atención al consumidor, a los reclamos de la gente?
- Principalmente porque era algo nuevo, porque participaba de distintas asociaciones donde la gente estaba apenada porque iba a perder su propiedad o su fuente de producción. Ahí empecé a vincularme con esta problemática.
-¿De qué manera se arma un contrato para que un propietario pueda llegar a perder la casa?
- Durante la época de Menem se otorgaron muchos créditos en donde la única garantía era la propiedad, o la unidad productiva. Entonces la gente se endeudaba para comprar maquinaria o sus casas. Durante muchos años pagaron, pero cuando vino la debacle económica en el 2001 dejó de pagar porque le era imposible y esa gente ve que está en peligro su propiedad, su empresa o su campo. No son ilegales, pero son ilegítimos por la usura que se aplicó a raíz de las tasas desmedidas de interés, tasas de mora muy altas. En el caso de la vivienda única el Estado impidió que se lleven a cabo remates durante muchos años. En el caso de créditos personales o de tarjetas de crédito no hay ninguna protección hacia la gente y se está en condiciones de perder la casa.
-¿Hoy por hoy los reclamos siguen siendo de este tipo o se hacen más con respecto a los servicios?
- Hoy la gente que tiene un empleo, tiene un mejor sueldo, se aviene a pagar y no cuestiona absolutamente nada, pero sí hay gente que está cuestionando y que deja de pagar intereses usurarios. De todas maneras no hay mucha conciencia de eso, se busca una protección cuando no se puede pagar, cuando se ve comprometida la propiedad, cuando figura en un banco de datos como el Veraz, que no le permite sacar otros créditos, hay manejes muy turbios con los bancos. Por ejemplo un banco te lleva al Veraz, que es un registro privado que informa acerca de las deudas y el comportamiento financiero que tiene esa persona, ese mismo banco te da un préstamo a una tasa muy alta para que le pagues, impidiendo que vayas a otro banco con tasas más bajas, es decir que sos rehén del banco.
-¿Contra qué prestador se hacen más cantidad de reclamos?
- A las prestadoras de servicios de salud, obras sociales, sindicales o de medicina prepaga. Se le dice a la gente, en situaciones extremas, que no le cubre absolutamente nada. Hay casos de cáncer donde se niegan a cubrir prestaciones, y la gente piensa que estas medicinas prepagas tienen derecho a no cubrirles nada y a dejarlos morir.
-¿Usted atiende gente en el centro cultural La Toma, cómo es tu trabajo ahí?
- Allí nos prestan un espacio para atender gente dos veces por semana. Somos un grupo de personas, no soy yo solo, asesoramos a la gente para que vaya al abogado que ellos quieran, el que quiere contratar un abogado del plantel nuestro tiene la posibilidad de hacerlo. Mucha gente viene teniendo abogado y estando bien atendida.
-¿Y por qué van entonces?
- Porque hay una desconfianza general hacia todo, porque se sienten víctimas de todo y creen que el abogado lo está estafando. Porque no le cobran, entonces consideran que son estafados, y muchas veces el trabajo de un abogado es dilatar los plazos de pago. Si una persona que tiene una ejecución hipotecaria que no puede pagar, la única solución es pagarla, pero el abogado la dilata un año, cinco años más, y la gente entiende esto como que no resuelve el problema, por eso consulta. Nosotros le hacemos entender que está muy bien asesorada.
-¿También tiene un micro en radio, no?
- Sí, en Radio 2, aquí brindamos información sobre los temas que más consulta la gente, o algún fallo de la justicia en la semana, damos información sobre lo más importante para que la gente pueda y sepa cómo defenderse.
-¿Cuáles son las consultas más comunes?
- Hay oleadas, en una época fue la telefonía celular, hipotecas, tarjetas de crédito, medicina prepaga, medicina sindical, cuando el Estado no cubre algún servicio de salud, alguna estafa de alguna empresa como los tiempos compartidos. Hay períodos donde la gente viene por un tema determinado.
-¿La gente consigue cosas, consigue salir del problema o de la estafa de la que está siendo víctima?
- Sí, generalmente con intimaciones y cartas documento la gente consigue cosas. Incluso no es necesario ir a juicio muchas veces, y la gente queda conforme porque logra cosas que nunca pensó que se iban a lograr.