31 mayo 2010

Cultura

EN EL MUNDO POSMODERNO
Los problemas de la
sociedad globalizada
En el año 2000, Ernesto Sábato escribió La resistencia, una
obra que continúa representando los avatares de la actualidad

(Por Yanin Gulam) El año 2010 nos encontró envueltos en una crisis posmoderna, fruto de errores humanos que se arrastraron hasta hoy. Vivimos en una sociedad que perdió hace mucho tiempo la capacidad de diálogo y el encuentro con el otro. Las nuevas tecnologías y los dioses de la televisión nos invaden a diario, convirtiendo al mundo en un ente masificado y deshumanizado donde las horas pasan tan rápido que ya no existe tiempo para conversar, y los momentos de ocio escasean. Reina en nuestra época la pobreza existencial, el individualismo, el culto a sí mismo y la soledad. La Tierra, por otro lado, se ve amenazada a diario por catástrofes naturales propias de la inconsciencia de una sociedad que no supo cuidar su hogar.

Diez años atrás, cuando esta crisis recién comenzaba, Ernesto Sábato escribía La resistencia, un ensayo sobre los problemas de la vida moderna. Hoy, releyendo aquellas hojas, descubro que sus palabras describen fielmente los días que vivimos. Casi como una profecía, y mientras muchos festejaban el avance de la tecnología y el progreso humano, este escritor lanzó un mensaje para alertar al mundo sobre su deshumanización, situación que hoy nos toca de cerca.
La resistencia es un ensayo que invita a la reflexión sobre la vida contemporánea y llama al lector a formar parte de un cambio de rumbo. Sábato describe en su libro su concepción del mundo basado en la idolatría de la técnica y la explotación del hombre. Los escritos de la obra resultarían verdaderos, pero por demás pesimistas, si no fuera por el mensaje de esperanza renovador que el escritor lanza hacia los jóvenes confiando en su capacidad y poder de cambio para un porvenir mejor.
Ya no existe tiempo para las charlas de café, dice Sábato, y la ciudad parece una jungla de seres estandarizados y competitivos dominados por las agujas del reloj. La cultura, por su parte, se desvalorizó, haciendo que la intuición, la imaginación y el instinto se esfumen para dar lugar a la inteligencia operativa y aptitudes prácticas. En La resistencia también se destaca la pérdida de valores como la solidaridad, la honestidad, el amor al prójimo, la tradición, el respeto hacia los mayores y la espiritualidad. Según el autor, todo esto produce un vacío en el hombre que lo deja estancado en la superficie de la vida.
Todas estas situaciones se tornan cada vez más reales, convirtiendo a este ensayo en una mirada certera y escalofriante de la posmodernidad. Pero siempre existe la posibilidad de un cambio, y bien lo explica Sábato en su libro. El individuo, señala, crea a su paso cápsulas donde se encierra: su departamento funcional, su trabajo y los horarios de su agenda. A pesar de ello, el curso de los hechos puede modificarse si los hombres, con esfuerzo y amor se enfrentaran al otro sin máscaras de por medio y pusieran como estandarte los valores tradicionales que se perdieron.
El arte es uno de los pocos valores que considero que no se perderán nunca, y es lo que permite liberar al hombre y exteriorizar aquello que se encuentra en lo más profundo del alma. Aquí coincido con Sábato, cuando explica que el arte es quizás la principal salida para tanta deshumanización. Otra manera de resistir a los tiempos modernos es encontrar espacio para la charla, la reflexión y el encuentro con el otro. Básicamente, lo que quiere decir Sábato a la sociedad es que el amor, en todas sus expresiones, es lo que nos salvará de la extinción. Ser más solidarios, respetar y cuidar a la Tierra, encontrarse con uno mismo, aprender a quererse y querer a los otros, ayudar al prójimo, en fin, volverse aún más humanos es lo que nos librará del caos.
A pesar de su mensaje de esperanza, Sábato resulta demasiado pesimista frente a los avances de la comunicación, describiendo a la sociedad como una civilización desintegrada por la mecánica de plásticos y computadoras. Por un lado, es cierto que las nuevas tecnologías van eliminando el contacto con el otro, pero a su vez, es una herramienta tan masiva que sería bueno comenzar a verlas como instrumento para fines positivos. Es también a través de estos medios modernos donde se puede hablar al mundo sobre sus crisis, se puede hacer arte o intercambiar tradiciones y culturas, entre otras cosas.
Pero lo verdaderamente importante que se muestra en el ensayo es la capacidad del autor de describir de la manera más clara y transparente, su opinión certera sobre la ruina del individuo y a su vez dejar un mensaje de confianza a la humanidad para cambiar su rumbo. “El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria”, es la última frase del libro y el recado más sublime del escritor. Esta máxima es signo de total esperanza y seguridad en una sociedad que todavía está a tiempo de cambiar su historia. Sin duda, la esencia del ser humano- y Sábato lo explica mejor que nadie- aún tiene poder para resistir.